One evening Hota had a dream: he saw a golden OM on a Denim background. He wondered what it could be and he was puzzled until he got the news that Lama Ole was in town. Somebody called him and he then phoned all of us, Onorio’s students. We were about ten people from that group who attended that second lecture at Ricardo’s house. There we met Lama Ole and Hannah; and Tomek translated.
There were five people who had gone the previous year. There was a couple, two men and a young man called Edwin. Edwin had received a blessing string and he said he was wearing it when a horse kicked him and nothing had happened to him , but the string broke.
We had been taught how to do Shiné, but most of
us did not know a thing about Buddhism. Lama Ole spoke for two hours
telling us
Buddah
was not a God but a man like us and wanted us to grow to be his
peers. He also told us we could not find refuge in things that change
and perish , and told us we should look for refuge in the Buddha
which was a state. He then did what he always does: he gave us
refuge and Tibetan names.
We met Ricardo, his parents and his sister. It was the beginning of a life long friendship. As to Edwin, he and my friend Pelusa hit it off immediately and were together for some time.
Lama Ole told us we should
meditate together and promised to come back the following year at
Easter to give us Phowa. We then started meeting once a week in my
house to do Three Lights Meditation. We were not too many. We were
about fifteen, but every week only five or six showed up. We learned
the meditation to do it on a daily basis and read “Entering the
Diamond Way”. Something new had started and those who had karmic
ties with Buddhism would soon find us.
Jota era un amigo que yo tenía. Ambos habíamos sido alumnos de Onorio,un marqués italiano que fue profesor en la Universidad Católica en Lima. El había enseñado en Estudios Generales, pero su especialidad eran Estudios Orientales, principalmente Budismo. El nos introdujo a la lectura de Mircea Eliade y René Guenón y nos había enseñado a meditar. Fue después de su muerte en el año 1989 que me enteré que había pertenecido a Karma Kgyu, uno de los linajes o escuelas tibetanas. Onorio dejó un grupo de personas interesadas en la meditación.
Jota había estado en la India y había tomado refugio con Tai Situ Rinpoché. El había pasado un año en la India haciendo el Ngnondro (prácticas preliminares).
Una noche Jota tuvo un sueño. La silaba OM, símbolo de la meditación en sánscrito aparecía brillante sobre una tela de blue-jean. Esa sílaba es importantísima en el budismo Tibetano y se utiliza para empezar cualquier mantra.
Al poco tiempo tuvimos noticias del lama Ole Nydahl. Nos llamaron por teléfono un día y en un par de horas estábamos todos reunidos en casa de Ricardo La Serna.
Ole era un Danés con pinta de guerrero que practicaba boxeo. En su juventud, seguidor de Timothy Leary y Aldous Huxley se había dedicado al sano comercio de hashish.
Una vez en Nepal conoció al Karmapa y cayó rendido ante su carisma y realización. Fue amor a primera vista y Ole y su esposa Hannah se dedicaron con ahínco a las prácticas preliminares. Ole ya era graduado en filosofía en Dinamarca, pero en Nepal se volvió lama y solo regresó a occidente cuando el Karmapa le pidió que enseñara más allá de los confines del Himalaya.
Éramos muy pocos, unos quince, en casa de Ricardo, pero muchos ya nos conocíamos. Estaba Edwin, que había conocido al lama en su visita del año anterior. Había recibido una pitita bendecida por el lama y cuando un caballo lo pateó no le había pasado nada. Solo se había roto la pitita. Eran pititas de protección.
Todos estábamos felices con el lama en blue jean y con sus enseñanzas. Era muy claro y directo y su comprensión era impecable aparte de ser un buen comunicador. El lama había recibido transmisiones de varios maestros, en su caso la mas importante era el PHOWA. Es uno de los seis yogas de Naropa.
A nosotros nos habían enseñado a hacer Shiné, pero la mayoría de nosotros no sabía nada sobre budismo. Lama Ole habló por dos horas contándonos que el Buda no era un Dios, sino un hombre como nosotros y quería que nos convirtiéramos en sus iguales También nos dijo que no podíamos tomar refugio en las cosas que son cambiantes y transitorias, y nos aconsejó tomar refugio en el Buda, el cual es un estado. Luego hizo lo que hace siempre, nos dio refugio y nombres tibetanos.
Conocimos a Ricardo, a sus padres y a su hermana. Ese fue el comienzo de una larga amistad. En cuanto a Edwin, el conoció a nuestra amiga Pelusa y empezaron una relación que duró algún tiempo. Lama Ole nos dijo que debíamos de meditar juntos y prometió regresar al año siguiente a darnos el Phowa.
Al irse Ole, Jota empezó unas clases de budismo en el EDIM, a las cuales asistimos todos. La mayoría habíamos estudiado filosofía. Su maestro era el lama Wan Dor. En 1992 todavía no había ninguna noticia sobre el Karmapa. Empezamos a reunirnos una vez por semana en mi casa para hacer la meditación de las Tres Luces. Seríamos unos quince, pero cada semana venían unas cinco o seis personas Nos aprendimos la meditación para hacerla solos diariamente y leímos “Cuando el Pájaro de Hierro Vuele”
Así pasaron algunos años de estudio y prácticas individuales y colectivas. Lama Ole venía una vez al año y teníamos retiros, íbamos todos a la playa, aprendíamos y crecíamos lentamente como grupo. Cuando el lama daba enseñanzas, generalmente se formaban arco iris en el cielo. Sus iniciaciones daban resultados y muchos tenían experiencias con las prácticas que nos habían dejado. Los resultados de la práctica se manifestaban en cambios internos, en mayor apertura.
Ole tenía varios libros y fue escribiendo más. Todos estaban traducidos al español e impresos en Colombia.
Gracias a él se empezó a practicar el budismo de una manera organizada. Algo nuevo había surgido y aquellos que tenían conexión kármica con el budismo pronto nos encontrarían.
Jota era un amigo que yo tenía. Ambos habíamos sido alumnos de Onorio,un marqués italiano que fue profesor en la Universidad Católica en Lima. El había enseñado en Estudios Generales, pero su especialidad eran Estudios Orientales, principalmente Budismo. El nos introdujo a la lectura de Mircea Eliade y René Guenón y nos había enseñado a meditar. Fue después de su muerte en el año 1989 que me enteré que había pertenecido a Karma Kgyu, uno de los linajes o escuelas tibetanas. Onorio dejó un grupo de personas interesadas en la meditación.
Jota había estado en la India y había tomado refugio con Tai Situ Rinpoché. El había pasado un año en la India haciendo el Ngnondro (prácticas preliminares).
Una noche Jota tuvo un sueño. La silaba OM, símbolo de la meditación en sánscrito aparecía brillante sobre una tela de blue-jean. Esa sílaba es importantísima en el budismo Tibetano y se utiliza para empezar cualquier mantra.
Al poco tiempo tuvimos noticias del lama Ole Nydahl. Nos llamaron por teléfono un día y en un par de horas estábamos todos reunidos en casa de Ricardo La Serna.
Ole era un Danés con pinta de guerrero que practicaba boxeo. En su juventud, seguidor de Timothy Leary y Aldous Huxley se había dedicado al sano comercio de hashish.
Una vez en Nepal conoció al Karmapa y cayó rendido ante su carisma y realización. Fue amor a primera vista y Ole y su esposa Hannah se dedicaron con ahínco a las prácticas preliminares. Ole ya era graduado en filosofía en Dinamarca, pero en Nepal se volvió lama y solo regresó a occidente cuando el Karmapa le pidió que enseñara más allá de los confines del Himalaya.
Éramos muy pocos, unos quince, en casa de Ricardo, pero muchos ya nos conocíamos. Estaba Edwin, que había conocido al lama en su visita del año anterior. Había recibido una pitita bendecida por el lama y cuando un caballo lo pateó no le había pasado nada. Solo se había roto la pitita. Eran pititas de protección.
Todos estábamos felices con el lama en blue jean y con sus enseñanzas. Era muy claro y directo y su comprensión era impecable aparte de ser un buen comunicador. El lama había recibido transmisiones de varios maestros, en su caso la mas importante era el PHOWA. Es uno de los seis yogas de Naropa.
A nosotros nos habían enseñado a hacer Shiné, pero la mayoría de nosotros no sabía nada sobre budismo. Lama Ole habló por dos horas contándonos que el Buda no era un Dios, sino un hombre como nosotros y quería que nos convirtiéramos en sus iguales También nos dijo que no podíamos tomar refugio en las cosas que son cambiantes y transitorias, y nos aconsejó tomar refugio en el Buda, el cual es un estado. Luego hizo lo que hace siempre, nos dio refugio y nombres tibetanos.
Conocimos a Ricardo, a sus padres y a su hermana. Ese fue el comienzo de una larga amistad. En cuanto a Edwin, el conoció a nuestra amiga Pelusa y empezaron una relación que duró algún tiempo. Lama Ole nos dijo que debíamos de meditar juntos y prometió regresar al año siguiente a darnos el Phowa.
Al irse Ole, Jota empezó unas clases de budismo en el EDIM, a las cuales asistimos todos. La mayoría habíamos estudiado filosofía. Su maestro era el lama Wan Dor. En 1992 todavía no había ninguna noticia sobre el Karmapa. Empezamos a reunirnos una vez por semana en mi casa para hacer la meditación de las Tres Luces. Seríamos unos quince, pero cada semana venían unas cinco o seis personas Nos aprendimos la meditación para hacerla solos diariamente y leímos “Cuando el Pájaro de Hierro Vuele”
Así pasaron algunos años de estudio y prácticas individuales y colectivas. Lama Ole venía una vez al año y teníamos retiros, íbamos todos a la playa, aprendíamos y crecíamos lentamente como grupo. Cuando el lama daba enseñanzas, generalmente se formaban arco iris en el cielo. Sus iniciaciones daban resultados y muchos tenían experiencias con las prácticas que nos habían dejado. Los resultados de la práctica se manifestaban en cambios internos, en mayor apertura.
Ole tenía varios libros y fue escribiendo más. Todos estaban traducidos al español e impresos en Colombia.
Gracias a él se empezó a practicar el budismo de una manera organizada. Algo nuevo había surgido y aquellos que tenían conexión kármica con el budismo pronto nos encontrarían.
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